DENUNCIAMOS ANTE EL AYUNTAMIENTO DE VITORIA LA PRESENCIA DE ANIMALES SILVESTRES DURANTE EL “MERCADO MEDIEVAL”
ATEA ha denunciado ante el Ayuntamiento de Gasteiz la presencia de numerosos animales silvestres durante la celebración del Mercado Medieval (último fin de semana de septiembre).
Ante nuestra sorpresa, un grupo de aves rapaces era exhibido en la Plaza del Machete, y al menos una serpiente pitón pudo verse en diferentes puntos del recinto durante los tres días que duró el evento.
Como es sabido, a principios de año entraba en vigor la Ordenanza Reguladora de Protección y Tenencia de Animales, que en su Artículo 8.1.t establece la prohibición de “Utilizar animales domesticados y animales salvajes en cautividad en circos y espectáculos”. Dicho texto (fruto de un arduo y largo trabajo en común del Ayuntamiento y los grupos proteccionistas locales) constituye un referente en no pocos aspectos de la protección animal. Uno de ellos prescribe precisamente la presencia de animales silvestres (“salvajes”) en espectáculos. Siendo así, no comprendemos cómo el Ayuntamiento gasteiztarra ha permitido el uso de dichos animales en el evento, cuando parece claro que es algo que incumple de manera flagrante dicha normativa.
La presencia de animales (su situación) en el popular Mercado Medieval ya fue denunciada por nuestra asociación hace varios años, disminuyendo a partir de entonces su número y mejorando sus condiciones. Pero seguimos pensando que los animales no pintan nada en este [sobreactuado e irreal] escenario, pues si nos adscribiéramos a un guión histórico riguroso, debería permitirse en la zona durante ese fin de semana la esclavitud infantil, los castigos públicos, el derecho de pernada o las evacuaciones escatológicas por doquier, además de muchas otras costumbres por fortuna ya superadas. En dicho sentido, hemos de pensar que los animales sufren en tales entornos un agobio y un estrés innecesario, que por supuesto no querríamos para nosotros mismos.
Por cuanto a la normativa, y pudiendo llegar a entender que el cambio de mentalidad no resulta fácil para mentes groseras y de natural poco sensibles, ha de aceptarse sin embargo que es su estricto cumplimiento lo que otorga un razonable grado de calidad a cualquier forma de democracia, por muy local que esta sea (o quizá precisamente por eso).