INTERPONEMOS (JUNTO A EQUO) UNA DENUNCIA POR EXHIBIR UN GATO MONTÉS DISECADO

En comandita con el partido ecologista EQUO, se ha interpuesto una denuncia en la comisaría de la Ertzaintza de Galdakao (Bizkaia), por la presencia de un gato montés disecado en un establecimiento de la misma localidad, en concreto una zapatería. El cadáver naturalizado comparte local con otros muchos, la mayoría de ellos originarios de distintos hábitats africanos, conformando un escenario que se acerca más a un cutre “museo de los horrores” que a un negocio familiar. 

 Solo con TU APOYO podremos seguir luchando por los más desfavorecidos.

El contenido de la denuncia describe lo que consideramos un flagrante incumplimiento tanto del Real Decreto 439/1990 (que regula el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas), como el propio Código Penal, en su apartado correspondiente a los “Delitos relativos a la protección de la flora y fauna”. En concreto, el gato montés (Felis silvestris) se encuentra estrictamente protegido por el citado RD, que lo incluye en su sección de “Interés especial”. Se trata asimismo de una especie mencionada tanto en la Directiva Hábitat (1992) como en el Convenio de Berna (1982). El Real Decreto 439/1990 prohíbe “La posesión no autorizada de ejemplares vivos o muertos o de sus restos, incluidos los preparados y naturalizados […]”. En similar sentido se expresa la Ley 16/1994, de Conservación de la Naturaleza en el País Vasco, que recuerda la exclusiva concesión de permisos para la disecación de animales a “[…] organismos educativos o de investigación tras informe que justifique la misma”.  Y no nos consta que una zapatería sea ni una cosa ni la otra.

Nos encontramos ante un escenario mucho más habitual de lo que parece, por cuanto la sociedad desconoce en general la existencia de todo un cuerpo normativo de protección de la naturaleza y de los animales que en ella viven, aunque dicho desconocimiento no obsta para la exigencia de su cumplimiento, como es bien sabido. Ambas organizaciones perseguimos con esta denuncia –además de ver cumplida la legislación correspondiente– visibilizar un submundo que se nutre de insensibilidad e ignorancia a partes iguales, y que, además de esquilmar nuestro patrimonio natural, atenta contra el derecho más elemental de los animales silvestres, cual es su derecho a la vida. Huelga recordar que la práctica de la caza lúdica (la que se realiza por puro pasatiempo), con independencia de que sea o no legal, supone una agresión letal injustificada a sujetos que, al igual que los humanos, desean vivir sus vidas de la mejor manera posible. Es por ello que merece el calificativo de “crimen inaceptable” en cualquier sociedad del siglo XXI. 

 Consideramos que es esta una magnífica ocasión para instar a cuantos ciudadanos posean en sus hogares animales naturalizados como complemento estético [de un más que dudoso gusto, a nuestro entender], se deshagan cuanto antes de los mismos, pues en caso contrario se arriesgan a recibir la correspondiente denuncia.   


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