LA EMPRESA DE TRANSPORTES 'ALSA' NO OFRECE CONDICIONES DIGNAS A SUS 'USUARIOS NO HUMANOS'

HIRU ALSA

 

ATEA está ofreciendo todo su apoyo logístico a una ciudadana de Bilbao, que el pasado verano viajó con Hiru, su gata, desde Madrid. Al animal no le ofrecieron sino el mismo espacio que al resto de bultos, en bodega, y sin la menor consideración por su condición de ser vivo. A pesar de ello, la empresa de transportes ALSA cobra billete a los 'viajeros no humanos', lo cual supone una afrenta en sí mismo, por cuanto se hace caja por un servicio idéntico al de una maleta, sin ofrecer ni la calidad ni la seguridad deseable a individuos que forman parte de facto de una familia emocional.

Pero la cuestión se agrava al comprobar que en su página web la empresa 'lamenta' que los animales no puedan viajar en cabina, pues ―supuestamente― “lo prohíbe la legislación vigente”. En ATEA no tenemos constancia de que en España exista legislación alguna que prohíba tal cosa de forma taxativa. De hecho, y consultada la empresa sobre este particular, esta nos ofrece un párrafo legal que en absoluto impide lo que ellos afirman, para manifiestan que “los clientes pueden viajar con sus animales en cabina en nuestra Clase Premium”, lo cual contradice sus propias palabras. Más aún: ALSA estaría incumpliendo de manera flagrante el Reglamento General de Circulación al que apela para su defensa, pues dicha normativa prohíbe “Llevar consigo cualquier animal, salvo que exista en el vehículo lugar destinado para su transporte”. No es dese luego el caso de los autobuses estándar de la empresa.

Así las cosas, todo apunta a que ALSA no tiene intención real de que los animales acompañen a sus amigos humanos en cabina ―como sucede de hecho en casi toda Europa―, y menos aún cuando resultan tan rentables los trasportines en bodega.

ATEA remitió ya hace algún tiempo una carta a ALSA (no contestada), manifestando nuestra contrariedad tanto por la objetiva inadecuación de buena parte de su flota para el transporte digno y respetuoso de animales, como de su falta de rigor ante la información ofrecida. No creemos que la callada por respuesta merezca ser calificado de 'correcta a tención al cliente'.

Hiru, la gata víctima de dicha situación, llegó a su destino con un cuadro de estrés severo (incluyendo pérdida de pelo), debido a los continuos movimientos de toda suerte de bultos pesados (situación que sin duda podría haberle causado consecuencias peores, incluida la de salir despedida o incluso robada en un momento dado). La dueña de Hiru, indignada por lo sucedido a su amiga y a los demás animales que se ven en la desagradable tesitura de tener que viajar en un vehículo estándar de ALSA, presentó una 'reclamación por daños morales' ante la Unidad Provincial de Transportes Terrestres, que se verá en una vista mañana mismo en Bilbao (Junta Arbitral del Transporte en el País Vasco, Plaza Federico Moyúa 5, 9:50 horas).

Consideramos que este caso merece ser conocido por la población en general, y por las empresas de transporte público en particular, para que vayan adaptándose a los nuevos tiempos, cosa que desde luego ya han hecho nuestros vecinos europeos, perfectos conocedores de lo que significan los animales para sus familias humanas.

 

Solo con TU APOYO podremos seguir defendiendo los derechos de TODOS los animales. ¡Gracias!


Deja tus comentarios

Enviar un comentario como invitado

0
terminos y condiciones.
Back to top