En la ciudad de Vitoria‑Gasteiz (capital de Euskadi) existen desde hace tiempo unos más que interesantes foros de participación ciudadana, que dependen directamente del Ayuntamiento, pero que gestionan en la práctica las distintas asociaciones. Se llaman Elkargunes (algo así como 'puntos de encuentro'), y resulta que el más activo es el correspondiente a Protección Animal. Y sí: ATEA es la portavoz del mismo ante el Consistorio y ante la prensa, lo cual “nos llena de orgullo y satisfacción”.
Por ejemplo, dos de ellos en los últimos meses se han dedicado de forma monográfica a la posibilidad de implementar en la ciudad un protocolo de gestión humanitaria de palomas urbanas, al estilo de otras ciudades europeas. De momento, y mientras se perfilan detalles, el Ayuntamiento ha suspendido en buena medida el terrible protocolo de 'captura + gaseado' que practicó durante muchos años, a pesar de las reiteradas llamadas de atención de los grupos animalistas locales, en el sentido de que, además de atentar de forma inaceptable contra los intereses de miles de víctimas cada año, no resulta en absoluto efectivo, pues la masa poblacional de cualquier especie depende sobre todo de factores como la cantidad de comida o de espacios para cría. Mientras no se modifiquen dichas variables, un determinado entorno recuperará más pronto que tarde su número de ejemplares.
Algunas ciudades europeas (París, Génova, Barcelona) ya han puesto en marcha iniciativas que han reducido de forma drástica la comunidad palomera, sin que ello les afecte en cuanto a malestar y sufrimiento.
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